mayo 7 2011

DIAS DEL INFIERNO Y SOLEDAD

Vuelve otra vez los aflorados sentimientos de desolación y oscuridad, de fin y punto final. De dejarlo todo si pensar si hay alguien mas esperando, de partir por un largo desierto sin final, sin llegar al horizonte, la linea final del horizonte no se ve, no esta, no figura, no tiene solución por mucho que me digan que piense en los que quedan atrás esperandome.
Estoy en la linea de boxes esperando que la cabeza me de alguna razón de continuar o no. En cuanto lo tenga claro tendrá un desenlace, ya tengo ganas de saber lo que haré, de vestirme o dejar que me vistan los señores de negro que te llevan un momento en la parca. Ellos están acostumbrados a este tipo de «eventos», no les asusta ni intimida lo mas mínimo.
¡Que poco me gusta este mundo! Hipócritas, falsos, chaqueteros, mentirosos, engañadores de feria, aprovechados, dislocados y adlateres, corre-ve-y-diles de salón, enterados y desfeanats.
No tengo ganas de continuar, dejarlo todo y dormir para siempre, manera practica de no sufrir y dejar que los demás dejen de preocuparse por mi, no lo merezco, ni por un FT-1000, el sueño de mas de uno, y dos. Lastima que no le podré pagar a Mengele, no lo reclamara tampoco.
Tengo la caja de gominolas y aun caerán algunas mas, las de antes parecen no hacer el efecto deseado, todo es cuestión de decidirse y echarse las 20 de golpe y al sueño eterno sin ningún sufrimiento. Se cierran los ojos y a por una larguita siesta sin fin, fin de los problemas, preocupaciones y malos rollos. Si total que mas da a los 46 que a los 76, 30 años menos de sufrimientos inútiles y sin solución. En el perfil del horizonte solo se ve la delgada linea gris que separa los dos mundos, el de los hombres y el de los espíritus que han sobrevivido al infierno, o que aun moran en el, castigo por sus actos. No se a cual me mandaran pues no esta muy bien visto el dejar este mundo sin permiso de los demás. No se permite, vaya, aunque tu vida sea tuya y no tenga que disponer nadie de ella, solo tiene un dueño. Pero según los que dominan el mundo, la propiedad de la vida no es tuya, sino que tienes que pedirles un permiso tácito de tus actos.
No hay dolor, como dice Rambo, con esta forma de dejar el mundo no hay dolor, simplemente la entrada en una alongada estancia en los brazos de Morfeo, Baco, o algún Dios de la vida eterna, o posterior. Da igual, el final es el mismo, que en el epitafio ponga de tal a tal año, y cuando la gente vea tu panel marmolado diga eso de «Mira que joven». cosa que me trae sin cuidado.

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Publicado 07/05/2011 por Blas in category "VIVENCIAS EN EL EX-RANCHO

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