Despues ya de 15 meses de la salida del rancho, ya me sobran dedos en la mano para saber la diferencia entre amigos y conocidos. Los que más te gustaría que te hubieran llamado, ni están ni se les espera. Porque lo normal es que el cuerdo llame al loco y no al revés.

Casualidades o no, de la vida han hecho que un monumento a la belleza, vecina del local, me haya localizado para arreglarle un ordenador personal, con varias averias por las que se temía que no sobreviviera más de este invierno. De momento todo sigue en tablas, aunque se haya visto el porqué de la avería, el problema sigue ahí, ni se va aunque varíe su intensidad. Para cambiarlo todo siempre estamos a tiempo, aunque ese no sea mi cometido. Esa simple pero extraña averia, común en esta zona , se la puede encontrar uno en cada casa, finca o rancho.

Este monumento a la belleza, es demasiado buena, impresionante, pero demasiado confiada en que los malos no le fueran a hacer nada… Ese es uno de los errores. Pero aun con este problema en su «Laptop», vale mucho la pena y el que tuviera el honor de estar con ella, no dejarla que este expuesta a los peligros terrenales. Los creados por el hombre para él y otras criaturas aledañas.

Con estas pocas lineas me puedo dar cuenta que lo del rancho fue una pesadilla que duró demasiado tiempo.

FRUTA DE LA PASION