ME ODIO

Hay algunas de mis características, horribles y odiosas, que no hay forma de quitar, atenuar, enmascarar o cambiar, y me perjudican en grado superlativo. No hay manera, que esta característica puñetera y heredada, no se muestre sin avisar; sin pensarlo sale al exterior arrollando la opinión y a las personas de mi alrededor.

Si sale el yo yo yo y solo yo, ya se ha fastidiado la relación con otras personas, que suelen ser las más cercanas. Es algo innato que  no se cambiar, o predecir.

Pensar en si mismo sin tener en cuenta al resto, es un error interno; mal o muy mal para quienes lo tenemos, pues recorta las relaciones con otras personas.

El odio a mi mismo, cuando ese egoísmo aparece, es insospechado, cala dentro.

Esta es la peor herencia que puedo tener. ¿Como quieres, querido Blas, que pueda agradecer este defecto a «miei genitori»? No, no puedo..