¡Que mala son las envidias! Por eso creo que se forman esas ciclogénesis explosivas radiofónicas a las que no estábamos acostumbrados en esta parte del globo, terráqueo, que ninguno se vaya a otro tipo de globos que hay mucha mente calenturienta en ésta zona 5. Hubo un conato de caso hará unos 10 años o más, que con quitar la luz se solucionó, unas multas por la autoridad competente, y hasta la fecha.

Bien, este relato es similar a un cuento, algo parecido al comienzo del curso académico-colegial, ya hace unos 5 años aproximadamente, pero con personajes reales, vivos (para desgracia de algunos y beneplácito de otros), con dos extremidades posteriores, dos anteriores y cabeza más o menos rellena de neurona o neuronas, incluyendo todo un despliegue de accesorios como  canciones, alucinaciones, animales, falsos campanarios, sonidos del más allá y del más acá todavía, instrumentos musicales, atriles (para los que nos alagan con una disertación o monólogo), cables, corrientes y una larga lista de utensilios para el derribo del adversario. Los casos son muy diferenciados y claros a la vez, no ha lugar a la confusión tipológica, son, una vez explicados, fácilmente aplicables a sujeto, verbo y predicado, que habitan al norte del Júcar, fuera ya del alcance directo del manager de managers, el único que les puede dejar boquiabiertos o pseudo-hipnotizados, prometido que es verdad.

Aquí, en estos días ya se dieron cuenta muchos, que si se oye tu voz a través de unas ondas hercianas determinadas, es eso peor que ser judío, morito, u/o similar en el III Reich,  entrando en una lúgubre estación autobuses del medio oeste, o en Cáceres, por ejemplo. Hablar, saludar, comentar, dar los «buenos dias, tardes o noches, se puede convertir en un desbocada apocalipsis zombie: «Has firmado tu sentencia de muerte virtual, pues ya se encargarán los zombies aleccionados por el Señor y Amo digital, de mandar a sus huestes en contra de los vivos, que desearían estar muertos  antes de recibir las bondades y lindezas propinadas por dichas huestes. Aunque algunos, después de recibirlas, decidieron dedicarse a la cría del caracol australiano. Quedaron tocados mentalmente hablando con amigos imaginarios.

Este sujeto, sin verbo ni predicado, ha hecho, sin quererlo explicitamente, barrer hasta la extinción nuevos modos de comunicación a este lado de Río Bravo. Algo que ni las 7 plagas de los sagrados libros bíblicos darían risa a los sufridos egipcios, de haber sido estos la diana de éste ser bípedo, o trípedo. Empiezo a dudarlo.

Es comparable al típico submarino que se queda en total silencio a unos cientos de metros de profundidad, y que al emerger  desencadena la III Guerra Mundial, acompañado de toda una serie de sonidos orquestados por sus más fieles seguidores y voceros habituales, en proceso  de extinción por el mismo protagonista de esta historia y cada vez menos al avanzar, sin piedad, el tiempo sobre la carne (la edad).

Se comenta en las tertulias de seguidores de Marconi, la capacidad de resurrección que tiene. Aunque no se ha podido averiguar si posee y sarcófago egipcio (Stargate) o regenerador (Galáctica), con el que se vuelve cada vez más fiero y lanza duros ataques sobre sus huestes, infieles, y personas de buena voluntad. Como el de un conocido que al oir las proclamas de este bípedo, después de un letargo radiofónico de 15 años, volvió a embalar su equipo, al menos hasta el próximo decenio.

En su largo discurso del método, como el de Descartes (el filósofo francés), aunque en su caso se debería de llamar «El insulto por método», no hay un tono vocal más alto que otro. Desarbola a oponentes vocalmente incluso más fuertes, alguno se resiste, pero pocos han sobrevivido. No les da tiempo para desenvainar sus espadas, es terrorífica  la rapidez con la que destroza a oponentes para al final cabalgar como Don Quijote de la Mancha, solo, hablando a los molinos y sacos de trigo y botas de vino.

En éste nuevo estado de gloria en el que se están desarrollando estos acontecimientos, dignos de mencionar en la próxima ampliación de los libros de historia y diccionario de la RAE, habrá un hueco, reseña, para  describir o definir este tipo de actos sin sentido, que van desde los amigos invisibles, al «porque yo lo valgo».

En esta nueva ampliación de tan magna obra literaria, se definirían las siguientes palabras nacidas a raíz del proceso, avance y desarrollo de este personaje que bien podría haber salido de una prosa de Góngora:

• Sr. García: Dícese del personaje desalbolador, desmontador, de los ataques de sus oponentes hercianos, sean o no de su misma tribu.
• 1er. Palmero: Llámese al ayudante del Sr. García, de explosivo carácter con órgano degustativo lanzador de todo tipo de improperios calificativos hacia sus oponentes, que han sido registrados en este volumen del este diccionario de la  RAE. No apto para el contacto con seres de sexualidad opuesta por el peligro que estos se lancen continuadamente contra las armas defensivas del palmero. Vamos, como el que se cae 17 veces sobre el mismo puñal.

  

• El cobrador del Frac: Elemento de la tabla periódica que en química tiene su valor, o valencia, en 150. Número que aplica en todas sus convinaciones cuando se acerca a cualquier presa ignorante de su valor químico, el cual exige simplemente por su mera presencia haciendo como si hace algo. Algo difícil de imitar por muchos que lo han intentado.
• Roberto : Ayudante, técnico, corre-ve-y-dile, chico para todo, transportista, chofer y representante ante las Naciones Unidas del Cobrador del Frac. No maneja ningún elemento pecuniario de relevancia, pues de la administración económica se encarga su protector.
• El Gobernador : Átomo de valor en decadencia afectado por la crisis social y empresarial de la malla productiva industrial. Lo que se diría «un quansevol» que pretende saber de todo, sin saber hacer de nada.
• Elementos garantes de la unidad frecuencial : Dícese de los cuerpos deambulantes que no comulgan con las directrices del Sr. García. Son los neutrones que van por libre sin importarles la tiranía que pretende llevar a término dicho señor de las tinieblas, ya afectado por la mordedura de algún zombie infectado. Estos elementos garantes están vacunados contra dicho mal endémico y han ido escapando paulatinamente de las garras letales del Sr. Garcia.

Hay una muralla que separa 2 zonas bien diferenciadas en cuando a los elementos que moran en ellas. En nuestra parte, la más anárquica, la del «aquí mando yo porque solo yo tengo razón, y si no me doy la razón a mi mismo», una auténtica jauría de depredadores, aprovechados, desconfiados, irritables, chulos porque si, mal hablados, y una docena más de improperios que no proceden mucho el numerarlos.

Esto es como la zona donde reside Chauron y su poder, mientras que al otro lado de la muralla geográfica del sistema ibérico es lo más parecido al jardín del edén, en modo light, aunque con personajes de menos calado social que en esta parte del muro. ¡Es otro mundo! Tal como suena. Solo hay que escucharles un poco para comprobar la dicha o modo de actuar ante la perversidad, en la zona que residen. ¡Son gente normal!

Aquí, con las guerras internas, están haciendo que esta zona se convierta en un polvorín, con miedos, gente escondida en sus recovecos sin dejarse oir, por si algún «autoproclamado garante del orden y el progreso» a esta parte del Mississipi, le adjudica algún mal o acción imaginaria.

¿Miedo escénico o miedo al guardián del edén? ¿Estamos seguros a este lado del Mississipi en cuerpo o virtualmente? No lo se, pero el que suscribe está en su bunker, quieto y en silencio, por si acaso hay movimiento de tropas.