SORDOS DE MODA

Parecer ser, o realmente dicho, es cierto que hay «sordos de moda», que oyen según les acomoda. Es cierto éste curioso refrán pero ésta tarde lo he podido comprobar con una insigne integrante del rancho de las musiquitas. Ahí me tienes a voz tipo mercadito «Nena, nena, que me lo quitan de las manos» o «todo a luero guapa a leuro». Pues más o menos así vociferaba el que suscribe en plena calle a «la que abarca más que el plan sur» a eso de 3 metros, no más, si eso no es ser sordo de moda que baje el Dios Dios y lo vea, además que no tenia sitio para pasar por otro sitio.

Eso me da que pensar que en el rancho hay pocos personajes por los que valga la pena perder un minuto, por éste tipo de falsitos sordos de moda desde luego no. Son lo que quieren ser, más falsos que un billete de 6€.
Detalles como éste hacen que cada vez tenga menos ganas de acudir al rancho, con tipos/as así no vale la pena estar, tampoco pretendo cambiarlo, son así, de reales y falsos a la vez, porque son su propia falsa realidad, van a lo que van, a por la pasta y punto, jiji jaja con todos, cuatro roces cariñosos con el Sheriff de turno y a casa. El teatro allí en el rancho es de primera división, es continuo en la mayoría, por no decir, que en la mayoría de ranchos, se le «ve el plumero», o la pluma a otros.
Me doy la razón cuando pienso que yo no voy allí a hacer amigos, pero que saben que si quieren pueden contar conmigo, cosa que no noto que hayan hecho hasta la fecha.
Y estos mismos sorditos de moda son los que llevan a sus vástagos a colegios religiosos sin haber pisado ellos una iglesia ni para casarse, y que ponen a la iglesia a caer de un burro, de corruptos, degenerados, violadores, y ladrones, pero no son para llevarlos a un colegio público. ¡Falsos, que sois más falsos que una moneda de 3€! Me ponen de los nervios, pero a pasar de ellos pues son así, y ya mayorcitos no se les puede cambiar, ni lo pretendo, son así, pero no son coherentes con lo que opinan de la iglesia.
¡Que les den paga! Que eso si que la cojerán bien, que tontos no son, pero falsos, un rato.