No hay día que pueda salir, o volver sería lo más correcto, que no se acerque alguien a pedir cualquiera de los siguientes supuestos:

• Para cojer el Metro o autobús.
• Pedir un cigarro en estado de embriaguez  comatosa.
• Que si 20 cts para un café.
• Para comprar pan que después lo tiran, y luego los ves con la lata XXL de cerveza Hacendaño.
• Para sus hijos que tienen hambre. Estos se sitúan estratégicamente en los supermercados.
• Los quieras para un bocadillo.

Bueno, bueno, cada día aumentan las escusas para pedir, ya no alimentos, sino dinero, no quieren alimentos. Y de conseguir cierta cantidad los venden al primer postor, sea quien sea, persona, entidad o mánager.

Cuando es persona suelen vender los alimentos a mitad de precio o menos. Las entidades suelen ser bares alejados de las zonas VIP, distanciados hábilmente del lugar donde se les asigna el puesto  para pedir. Cuando es entidad, ya suele ser una organización y son sobre 10 o 12 las que recaudan los alimentos y se entregan al macho cabrío dominante del clan.

Los lugares asignados para «las peticiones voluntarias» de los que sea, si son alimentos flanqueando las puertas de dichos lugares, cual pasillo hacen al vencedor en el rugby, futbol o baloncesto, siendo indiferente hacia que lado planees tu salida. Siempre te encuentras un ejemplar de ésta subespecie, preparada para ojear, pedir o «cojer lo ajeno» en caso de descuido. Mejor organización que el FBI.

Estos elementos distribuidos estratégicamente por los distintos supermercados  tienen su guardaespaldas a unos metros cerca, siempre controlando lo que van recojiendo para después entregárselo a su chulo, rumano, uzbeko, etc, procurando siempre que sea una cantidad aceptable, que casi nunca lo es, pues están sometidos todo el clan, al macho alfa, es decir, al que más manda o mas violentamente se puede mostrar.

Observando este caso en lugares cercanos, cuando son zonas de nivel económico más alto, las distrubuyen mediante furgoneta o transporte similar. Dado el peso o envergadura de estas hembras en su mayoria. ¡Vamos, que por el peso que tienen no parecen pasar hambre! Rondando este entre lo 90 y 150 kg en canal. Cambia mucho cuando te enseñaban fotos del centro de África viendo a las personas en los huesos. Esos dan pena y estos generan odio por lo falsos que son, al ser una organización totalmente estructurada. Pues van perfectamente uniformadas, con su delantal  doble fondo, ropa ancha en la que se puede meter una persona pequeña incluso u otro tipo de mercancias, de diseñadores de renombre mundial en el hampa, peinados desaliñados que ni los mismos peluqueros de renombre podrían igualar ni superar.

Otra característica de esta mutación venida del este es la siguiente: Nunca hablan español y te entienden bien cuando pronuncias las palabras mágicas «ayuda para casa», «ayuda para la luz» o «ayuda para los niños», pero todas tienen permiso de residencia, tarjeta de la Seguridad Social, y  teléfono móvil. Algo digno de estudiar en la que podían pasar años antes de dar con un razonamiento veraz.

Muchos hubiéramos preferido una mutación zombie antes que esta que azota los supermercados de la piel de toro. Curioso es que no suelen  pasar al otro lado del Atlántico ni a paises como Suiza, Austria, Dinamarca, Andorra, o Irlanda. ¿Será por el calorcito que hace aquí? ¿Será por la cantidad de trabajos que tienen para elegir aquí? ¿O será porque nada más cruzar la supuesta frontera ya tienen esperándoles todo tipo de subvenciones que no reciben los  lugareños? Por aquello tan indefinido como es la integración social. ¡Que bonita es la frase y que poco se sabe analizar o  discernir sobre ella! Y claro, como viven  apilados como hormigas, 20 o 25 por piso, donde solo consta que solo vive una familia, se les entrega el llamado «bono social», «ayudas para rentas bajas», «ayudas a la inmigración», etc. Y como no tienen «ingresos legales«, son siempre los primeros en recibir las ayudas.

Esto que escribo ahora es cierto. Estando en la oficina del INEM, delante de mi, una joven pidió si había alguna ayuda para escuela, o pañales, para su niño que tenía 1 año. La funcionaria le dijo toda avergonzada que si fuera inmigrante ya los tendría, pero que a nosotros lo españoles, al haber trabajado alguna vez durante el último año, no nos correspondía nada. Que la ley estaba hecha así, y cierto es. Con lo que la ley debería cambiar, pues por lo visto hasta ahora, el cambio de políticos es inútil, son casi todos iguales.

Esto es lo que hicieron en una población cercana. Un reparto de alimentos a españoles, y si

sobraban a inmigrantes. La mayoría pensará que cuanta razón tenía esta asociación, lo hacian como debe ser, primero mi familia y si me sobra ya repartiré al vecino. Una acción justa dirían otros. Pero cuando se supo que esta organización era ESPAÑA-2000, muchos medios informativos ni dieron la noticia. El lugar fue en Alacuas (Valencia) durante la semana anterior a Fallas. Estas fotos hablan por si solas.

Es tal como pone el dibujo de la izquierda, mientras no seas español tienes ayudas que ni te imaginas que existen.

Lo pero de esto es quien les ayuda a permanecer es España a base de subvenciones. Luego nos quejamos que ni hay becas para estudios ni ayudas a la educación o que para entrar en una guardería estatal entra antes un inmigrante que tu propio hijo. Osea que es mejor no pagar impuestos que pagarlos y no tener derecho a llevar a un hijo a dicha guardería. Es cruel, y puede parecer racista pero  si te fijas en los listados de niños admitidos con 3 o menos, alguno se llevaría más de una sorpresa. También tienen un incentivo más el trabajar sin contrato, con lo que ante Hacienda no tienes ningún ingreso, y si a esto le unes ser morito, negrete machu-pichu o del este de Europa, vives mejor que cualquier español medio que todo se lo tiene que pagar.

Pero ¿Alguno se irá? Pocos pocos, apenas el 2% se fueron, mayoria de sudamerica. Quedándose aquí, en la piel de toro, «lo mejorcito de cada casa», es decir, los que no tienen nada que perder, que en su pais originario no pueden volver por causas legales, o que aún tienen subvenciones aquí por solicitar.

Se oye por la calle, que esto no puede seguir así, que si fíjate cuanto extranjero suelto sin hacer nada, que si esto o lo otro, pero nadie los quiere tener en su casa. Nadie de los creadores  del efecto llamada: «Venid, venid, que aquí hay sitio para todos», versión resumida de todos los agravios comparativos que instauró «Bambi-ZP», durante sus 7 años de martirio, incongruencia, alianza de civilizaciones, plan D, plan E, todo a costa del ciudadano medio. ¿A que ninguno de estos garantes de la igualdad , del amor al extranjero ha sido capaz de mantener en su casa  a un inmigrante? ¡Si tanto los quieren, que mantengan a un par por lo menos! Eso sería más coherente con su pensamiento altruista de igualdad de oportunidades  pagando el prójimo. ¿ O no?

Esto es una punta de iceberg de lo mejorcito que nos dejó Bambi después de 7 años de martírio.

De las «vigilantas de importación de supermercados, a 2 por puerta de salida. Se une el «manager» que tiene cada grupo de ellas. Raro es que uno maneje a una sola súbdita de Ceausescu. Cuanto bien hacía este hombre no dejando salir a nadie de su terreno de pasto del hombre lobo o del mismísimo drácula.

Aquí ves a esos ex-súbditos con una grasa acumulada frontalmente hacia el bajo-vientre vaya,

que hay veces que más vale saltarlos que rodearlos, vamos que no pasan hambre. No tienen nada que ver con las típicas fotos de tribus negras del Camerún o Sudan. Y cuyo horario de salida el piso donde pernoctan 15 y era para una familia según le dijeron al alquilador, no es al alba para ponerse a trabajar (palabra que han borrado de su vocabulario). Es al medio dia cuando la resaca  ha pasado, cuando han dormido bastante después de una noche de butrón en butrón, hasta el amanecer. Por eso los pobrecitos no salen con los primeros rayos de un nuevo y precioso dia.

Los puedes ver copando los bancos, no los del dinero que esoa ya fueron atracados por su

método preferido la noche anterior, sino los de sentarse, donde acuden con su uniforme de gala. Lo que a pie de calle se dice: «NO PEGARLE NI UN PALO AL AGUA», al agua no, pero a la maquinaria que extrae el agua de pozos, parece ser que si. Casi ya se cuentan las comarcas que no han tenido «la cordial visita» de estos seres del inframundo llevándose todas las lineas de cobre y metal que han querido. ¡ Hasta del tren AVE se han llevado unos kilómetros de cobre ! ¡ Si que trabajan bien, vaya !

Si, se han ido inmigrantes pero se han quedado lo mejorcito de cada familia, destruyendo nuestro estado del bienestar que tantos años y esfuerzo ha costado a nuestro padres, y que esta gente de fuera está destrozando cada dia más rápido.