diciembre 21 2011

EL RETORNO DEL YETI-III

Volví al rancho, un mes después, y todo sigue igual. Con algún bulto sospechoso de la otra parte del charco o del muro de acero, lease de ranchos del Este, del telón de acero, que se decía en la antiguedad de los tiempos.
No ha cambiado nada a la excepción que han puesto luz en algunos muebles, porque por lo demás, todo sigue igual, pero rasgandose las vestiduras dado que no vienen ni los de la otra parte del charco, ni a llevarse lo que no es suyo.
Absolutamente nadie, cuatro momentos de gloria pero sin apelotonarse en absoluto.
La recepción no es que haya sido triunfal, simplemente no ha sido, como si me hubiera ido de fin de semana. Aunque la verdad es que no la esperaba no esperaba banda de música, no. Nunca he visto eso por éste rancho conmigo nunca, a otros si, pero son los /as elegidos para la gloria, y ahí no estoy yo, en ese grupo no.
Aún no me siento muy solo, pero no espero más compañia allí, aunque ésta tarde esté «Lucia la Corista», más conocida antes como «La Monja». La verdad es con las pocas que hablo, aunque con «La Mari» también, pero no es lo mismo. «La Monja» fue la única que me llamó en mi periodo de ausencia en el rancho. Que además cada vez somos menos pero en todos los senidos, menos moradores y menos visitantes, todo de capa caida, y a 3 dias de Navidad, y sin intercambiar cromos con los que vienen de visita.
Ya me decían que no me perdía nada, y es verdad, aunque no llegaba a creermelo. Esta la cosa «muy malita».

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Publicado 21/12/2011 por Blas in category "PENSAMIENTOS y REFLEXIONES

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