LA SOMBRA DE LA FELICIDAD

Ya hace unos dias que no se que hacer, si seguir adelante o entrar directamente en el lado oscuro, es decir, abandonar éste mundo cruel e injusto donde solo triunfan los canallas y gente de mal vivir. Donde se premia al «pelota», al oportunista, al que sabe estar en la foto, al que dice lo que el vulgo quiere oir, todo fachada sin pilares que lo sustenten detrás. No tengo fuerzas para vivir así, para echarme los problemas a la espalda y seguir corriendo, pues caminar no sería bastante. Por otra parte, en el lado opuesto está la positividad de la familia directa, los de casa, aunque cuando caigo en barrena se corta toda comunicación con el exterior de mi, teniendo unos deseos , que no puedo frenar, para dejar éste mundo de una vez por todas. Solo me falta valor, arrojo, o como dice otros refiriendose hacia sus genitales masculinos; pues los medios para el salto definitivo  al otro lado del túnel, donde dice que todo es blanco, esos medios ya los tengo, por fin dormiré placidamente aunque no se si en el cielo, el limbo o el infierno con la mayoría. Este último debería estar superpoblado, supongo, aunque seguro que sobornando a San Pedro, irían al cielo. Sin desviarme del tema principal, cualquier día tendré fuerzas para el salto final, no si antes me doy cuenta si voy a causar algún mal.