Parece, no se me quita la sensación de la cabeza que mañana puede ser mi último amanecer «normal», al menos como los conocía hasta ahora. Una convocatoria junto a mi «Ama» ante el gran Sheriff de Sheriffs controlador de las distintas almas que pululan por los diferentes ranchos junto al río, es un tanto mosqueante, extraño, curioso, más que curioso intrigante. Si la comunicación, o lo que vaya a proclamar en vísperas del «truco o trato», concierne a mi estancia en el rancho, no entiendo porque debemos ir en pareja como la Guardia Civil antes. Estas son algunas de las hipótesis que vienen a mi enferma imaginación:

1. Un cambio radical de rancho que implique mover a la «famiglia».
2. Que han presentado tarde el recurso ante las SS.
3. Que lo han presentado  y necesitan cuadrar sus cuentas.
4. Que necesitan saber cuantos días tengo que coger de vacaciones después del «Alta obligada» , si o también si, emitida por las SS.
5. Que preparan un final de la película: «Los últimos días de Pompeya», pero sin volcán. Pues dejé parte de la soldada en sus depósitos, y creo que falta algunos dólares que coinciden en cantidad con lo que recuerdo que dejé allí.
6. Una ratonera, para que no pueda salir, una trampa preparada, con el que suscribe como culpable.

Aunque después de la convocatoria al solemne acto mañana de un representante sindicalista, el asunto pinta muy negro. Ya se pueden descartar algunas opciones.

A nadie, que yo conozca los llaman a «consultas » acompañado de su consorte. Extraño, al menos, pues si te van a dar la patada donde la espalda pierde el nombre, para que convocan a tanta gente, ¿testigos para la matanza? Después de éstas tinieblas vuelve el cielo azul, espero verlo desde arriba. Pues desde la parte terrenal es difícil que llegue a fijarme, observalo con tranquilidad.